"¡Pues ahí nos veréis!, con una caravana roja y un coche lleno de lunares, viajando de pueblo en pueblo, por Castilla y León, llevando títeres, instrumentos musicales y mucha, mucha ilusión a precio de risa para que el teatro llegue allá donde nos llamen. En esta edición superaremos un nuevo reto: conseguir un montón de títeres que ayudarán a sonreir a unas cuantas niñas de Nicaragua..."

El proyecto

Títeres en ruta nació como las cosas buenas, entre amigos y familia. Una noche en la que planeábamos las vacaciones de verano nos decidimos a aventurarnos, con el retablo de títeres en el maletero del coche, actuando en los pueblos de la costa norte por donde fuéramos pasando. Al comentarlo con una buena amiga, nos propuso delimitar el recorrido a Castilla y León y planear rutas organizadas, ofreciendo actuaciones a los pueblos más pequeños donde nunca o casi nunca llega el teatro. El caché debería ser muy ajustado dada la delicada situación económica de la mayoría de los ayuntamientos. Nuestra intención no era ganar dinero sino poder financiarnos el desplazamiento y la manutención diaria. Como en verano hay muchos niños en los pueblos de Castilla y León y pocas distracciones más allá de piscinas y actividades deportivas, consideramos que la idea podría cuajar. Y vaya si cuajó.

Gracias al apoyo de Eva Moreno, directora del programa radiofónico de Cadena Ser Castilla y León “A vivir que son dos días, Castilla y León”, y a su equipo de profesionales de las ondas, conseguimos difundir la iniciativa y, desde la primera emisión radiofónica del proyecto, comenzamos a recibir llamadas desde muchos pueblos.

El vehículo
De los miembros de la compañía POPOPOPO solo podríamos participar dos o tres personas, ya que veíamos complicado el desplazar a más actores contando tan sólo con nuestro vehículo particular. Alguien planteó la idea feliz de hacernos con una furgoneta y, tras muchas vueltas, conseguimos la caravana con la que hemos viajado durante el pasado verano y con la que, si todo va bien, nos moveremos también el próximo.

Desde la radio solicitamos ayuda a instituciones y empresas para financiar la compra de la caravana pero tan solo contamos con una pequeña ayuda de la Diputación de Valladolid con lo que, al final, nosotros mismos aportamos todo lo necesario para sacar el proyecto adelante de nuestro propio bolsillo.

La pequeña caravana de títeres nos permite transportar el material y vestuario necesario para las funciones, instrumentos musicales, avituallamiento y útiles necesarios para la vida en carretera. Además dormimos y descansamos en ella. La caravana, una Hergo modelo “Bambi”, fabricada en Navarra en los años setenta, cuenta con cocina, nevera, cama de matrimonio, cama simple y litera, así como con arcones de carga, armarios y mesa de comedor. De no haber sido por ella, habría sido muy difícil mantenerse en buenas condiciones durante los meses que duró la gira.

Tras muchas horas de trabajo, gracias al apoyo desinteresado de familiares y amigos y con mucha, mucha ilusión, conseguimos arrancar motores y un diez de Julio, Eva Moreno para Cadena Ser, y Juan Manuel García Ayuso para Castilla y León TV, retransmitieron nuestra singladura y pusimos rumbo hacia Aveinte, en Ávila, donde comenzó la aventura.

Conclusiones
Fueron más de una treintena los pueblos en los que actuamos en el verano de 2010. A lo largo de las diversas rutas hemos conocido personas maravillosas y lugares que nos han dejado con la boca abierta por su belleza. Hemos comido y bebido de forma espectacular ya que, en muchos pueblecitos, los vecinos nos han abierto sus casas y bodegas y nos han hecho sentir como en la nuestra. Nos hemos nutrido de la sabiduría de los mayores y de la ilusión de los más pequeños que, en muchas ocasiones, no habían visto jamás un títere, ni habían oído el sonido de un fagot o una darbuka en directo. También hemos de decir que en ocasiones el viaje fue duro: las altas temperaturas veraniegas, los aproximadamente tres mil kilómetros recorridos por carreteras (en algunos tramos muy difíciles para Laura, nuestra conductora), el cansancio físico y emocional y el desgaste de vivir en una caravana con los recursos limitados, hicieron mella en la resistencia de los tres actores que participamos de esta aventura genial. Por supuesto, siempre mereció la pena.

Hemos aprendido muchísimo y nos ha servido, entre otras cosas, para reforzar los vínculos con nuestra tierra y con nuestra gente. Títeres en ruta ha sido una gran experiencia, tanto en lo personal como en lo profesional, que nos ha hecho crecer como personas y como artistas. Tenemos muchos, muchos recuerdos increíbles de este verano pasado.