Se nos resistía la provincia de León, pero ya hemos puesto nuestra particular pica.
Nos hemos ido hasta la montaña leonesa, a la zona de
Boñar.
Solo puedo hablar maravillas de la zona.

Es una preciosidad, con ríos, pozas, cascadas, hoces...una delicia para cualquier amante de la naturaleza y para un perro salchicha.
En
Boñar, nos apuntamos a una actividad de turismo de aventura con la gente de "
KAYAK PICO AZUL".
No se si ustedes habrán hecho
Raffting alguna vez pero, si no lo han hecho, se lo recomiendo.
Tuvimos la suerte de que en nuestra balsa,
acompañándonos a Laura, Cesar, al bueno de Suso
Sildavia que se nos ha unido también en esta escapada y a mi, viniera de guía Guillermo, el nuevo campeón de España de descenso de aguas bravas.


Lo cierto es que todo el equipo de
Kayak pico azul era formidable: Miguel, Sergio, Ricardo...y ha de ser así, porque no deja de ser peligroso y si pones tu vida en manos de alguien, tiene que ser en las del mejor.
La experiencia fue increíble, descendimos el
río Porma, saltamos presas, surcamos rápidos,
surfeamos olas con la balsa e incluso, en un remanso, abandonamos un ratito la embarcación para trepar hasta un salto desde donde nos lanzamos al río. Genial.
Al terminar la actividad,
duchita en el
camping municipal de
Boñar y cena pantagruélica en "El labrador", un asturiano que se encuentra en el centro del pueblo donde sidra va, sidra viene, pasamos un rato increíble disfrutando de los productos típicos de esa hermosa comunidad junto con los monitores de
raffting.
Al final, unas
copitas en un bar cercano y a la cama, que al día siguiente había muchas cosas que hacer.
Complejo vitamínico, café,
ibuprofeno, otra
duchita y al lío.
Nos fuimos a hacer turismo por la zona, visitando las hoces de
Vegacerbera, paisaje impresionante que deja con la boca abierta a todo el mundo.
Tras visitar las hoces, impresionante comida en El pescador en la localidad de
Ferlín.
Garbanzos con longaniza, chuletas, trucha...un no parar. Por la tarde nos acercamos hasta Veneros, paraje idílico también, donde montamos el tinglado para actuar.
El público, integrado por un buen puñado de vecinos del pueblo, forzudos
piragüistas y mi prima "
Elo", que se acerco con su niña y otros peques, respondió fenomenal a la función.
Lo cierto es que el marco de la actuación, era precioso y actuar en sitios así está genial, porque ese aire y esos olores a "vida sana", dan mucho, mucho
gustito.


Los vecinos del pueblo son una gente muy apañada, que se están
currando todo ellos
solitos, a través de su asociación y que ya han fijado fecha para la actuación del próximo año.
Pues nada, allí nos tendrán.
Tras charlar un rato con la gente, pusimos rumbo al
camping donde nos duchamos y nos arreglamos y, desde allí, salimos a la vecina población de Aviados, donde nos encontramos con mis primos y nos pegamos una
cenorra increíble en "La fuente del oso".
Impresionante el picadillo con
cabrales y setas, las morcillas leonesas, las croquetas de cecina...en fin, que me he tenido que matar a flexiones y abdominales para que no se me pusiera la tripa enorme.
Antes de salir para
Villardefrades, donde actuamos esa tarde, otra
excursioncita, esta vez a la cascada de
Nocedo.




También lo recomiendo, ya que es un lugar mágico, de una belleza exuberante, ideal para ir con tu pareja y mirarla a los ojos y decirle todas esas cosas que sueles callarte, por vergüenza o por pudor.
Ains...que me pongo
tiernote.
Obviamente no nos podíamos marchar de la zona sin comprar embutido, así que ala, a una fábrica cercana a por lengua curada, cecina, longaniza de chivo y demás
delicatessen.
También nos acercamos a
Coladilla, para hacer acopio de sus increíbles
yogures naturales.
En
Coladilla además, visitamos un taller de cerámica que nos encantó, ya que la ceramista tiene un toque muy especial, muy original y muy fresco y sucumbimos ante las piezas de exposición y nos llevamos algunas cositas.

En fin...han sido unos días muy intensos y muy chulos y aunque hemos terminado agotados, pensamos repetir.
Besos y abrazos para todos.
Os seguiremos contando.