"Los Guindales" era una de nuestras asignaturas pendientes, ya que es un lugar lleno de encanto, donde la gente puede disfrutar lo mismo de una barbacoa espectacular como de unas sardinas riquísimas, de una actuación en directo, de una buena sidra asturiana...en fin: el paraíso de los titiriteros.
La gente del lugar fue amabilísima y disfrutamos todos horrores con la actuación, que resultó muy entretenida gracias a la colaboración de los vecinos de la villa.Durante el número de las "acrobacias", Laura y César sufrieron un pequeño error de cálculo que terminó con una caída de lo más divertida, aunque el pobre César se llevó la peor parte y terminó con algunas molestias en su brazo derecho. Gracias a Dios todo quedó en una bobada y estamos esperando que algún vecino lo cuelgue en YouTube o lo envíe a "Vídeos de primera".
Después de actuar nos dimos un buen homenaje gastronómico y disfrutamos de la terracita hasta las tantas de la mañana.
Pili, Jose y Quique ya saben sobradamente que volveremos en breve. Que se vayan preparando...
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