Última función de la gira.
Nos acercamos hasta el mar, a descansar unos días, a reponer energías, a tratar de volver a ser nosotros mismos.
Se termina todo esto, por el momento, después de tres meses de un lado para otro, tres meses de trabajo, de diversión, de cansancio, de amigos, de vino, de rutas.
Este año ha sido particularmente duro y, aunque hemos terminado muy contentos, el degaste ha sido enorme y hemos perdido demasiado por el camino.
En ocasiones uno se plantea cuales son las cosas importantes de la vida y si hay algunas que realmente están por encima de todo.
Si relativizo, nuestra misión está cumplida. Hemos llegado donde queríamos llegar, llevando nuestro humilde show a todos aquellos que lo han solicitado.
Hemos conocido un montón de pueblos nuevos, de gentes maravillosas, de vinos deliciosos.
Hemos pasado muchas horas en el coche, pero también en las orillas de los ríos, en las bodegas, en una roca mirando las ondas que se forman en el agua cuando arrojas una piedra.
Hemos repartido y recibido un sinfín de abrazos.
Hemos tratado de arreglar el mundo, aún a consta de muchas cosas...
Yo estoy triste, que les voy a contar.
Pero comienza un año nuevo para todos y hay que tomar impulso.
Esperamos y deseamos haber sido de utilidad, haber arrancado tantas sonrisas como nos proponíamos cuando, hace ya unos meses, trazábamos en nuestro plano de carreteras las rutas.
Eres lo que haces, y no me avergüenza decir que me siento un titiritero pequeñito y tontorrón.
Ha sido un placer estar ahí, en cada punto del camino.
Ha sido un placer llenarme el alma con todo lo que me habéis dado.
Ahora toca guardar los bártulos y encerrar la caravana. Doblar la falda y la chaqueta y lo que queda de otras muchas cosas y guardarlo todo en un trastero.
Adiós amigos...hasta la próxima.
Nota: Un fuerte abrazo a toda la gente del Molino que tanto nos cuidó y tanto se rieron. El Molino es un hotel pequeño y familiar, que está muy cerquita de la playa. La gente que allí se hospeda se conoce desde hace un montón de años, son como una gran familia. Fuimos para compartir unos días con Macu, Guillo, Carlota, Carmiña, Guillermo y los demás. Volamos cometas, comimos sardinas, actuamos con el mar como público invitado, bebimos orujo, visitamos el lugar y volvimos tristes y cansados...
"¡Pues ahí nos veréis!, con una caravana roja y un coche lleno de lunares, viajando de pueblo en pueblo, por Castilla y León, llevando títeres, instrumentos musicales y mucha, mucha ilusión a precio de risa para que el teatro llegue allá donde nos llamen. En esta edición superaremos un nuevo reto: conseguir un montón de títeres que ayudarán a sonreir a unas cuantas niñas de Nicaragua..."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario