Qué lujazo oiga!!!!
En plenas fiestas de Valladolid, nuestras amigas de la Casa de Zorrilla nos programan una actuación en los jardines románticos.
Allí acudimos con nuestra caravana, con tal mala fortuna que por apenas un par de centímetros, no pudimos hacerla pasar por las puertas del patio. Señores, señoras...el tamaño si importa.
Pero no pasa nada, un biombo por aquí, unas telas negras por allá y ya tenemos preparado el espectáculo.
Al ser una actividad familiar y gratuita, dentro del programa de fiestas, nuestros paisanos se animaron a venir a vernos.
Lamentáblemente el aforo era tan solo de doscientas cuarenta personas y fueron muchas las que se quedaron sin poder entrar, después de hacer un buen rato de cola.
Lo siento muchísimo, de verdad, si dependiera de mi, hubiera tirado tabiques y muros, pero las cosas son así.
Entre el público mis padres, la madre de César, mis primas, un montón de amigos, de personas de la farándula, de niños ilusionados.
Creo que ha sido una de las mejores representaciones que hemos dado este verano.
Todo salió a pedir de boca y no hay mejor regalo que el aplauso de aquellos a los que quieres, y ver a tus padres muertos de risa en sus butacas.
Yo disfruté como un enano (absténganse de bromas sobre mi estatura) y gracias a Dios, el resto del público también.
"¡Pues ahí nos veréis!, con una caravana roja y un coche lleno de lunares, viajando de pueblo en pueblo, por Castilla y León, llevando títeres, instrumentos musicales y mucha, mucha ilusión a precio de risa para que el teatro llegue allá donde nos llamen. En esta edición superaremos un nuevo reto: conseguir un montón de títeres que ayudarán a sonreir a unas cuantas niñas de Nicaragua..."
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