"¡Pues ahí nos veréis!, con una caravana roja y un coche lleno de lunares, viajando de pueblo en pueblo, por Castilla y León, llevando títeres, instrumentos musicales y mucha, mucha ilusión a precio de risa para que el teatro llegue allá donde nos llamen. En esta edición superaremos un nuevo reto: conseguir un montón de títeres que ayudarán a sonreir a unas cuantas niñas de Nicaragua..."

domingo, 28 de agosto de 2011

Santiago del Arroyo, Valladolid. 28 de Agosto de 2011

Gracias a la mediación de Rebeca, la estupenda programadora de San Miguel del Arroyo, nos salió una actuación en un pueblo que es pedanía del suyo.
A Santiago del Arroyo llegamos prontito, sobre las once y media de la mañana y allí vino a recibirnos Jorge, que era "nuestro hombre en Santiago".
Anduvimos dando vueltas buscando una buena ubicación para montar el show, ya que caía una solana que no vean y lo cierto es que Santiago anda mejor surtido de bares que de sombras.
Menos mal que unas señorucas que pasaban por allí y que más tarde se acercaron a ver el espectáculo, nos propusieron instalar todo el tinglado en la chopera cercana.
Una magnifica idea. La chopera, ideal, con su fuente, sus mesitas , sus millones de chopos, su buena sombrita...
Así da gusto actuar oiga!!!
Los peques y los mayores que hasta la chopera vinieron, se acomodaron en la hierba y, a la hora prevista, dimos comienzo a la función.
Entre el público encontramos una familia que nos vio actuar en Montemayor de Pililla y que habían querido repetir, lo que nos hace mucha ilusión, ya que es señal de que les gustó bastante.
Todo salió estupendamente, exceptuando que en el momento de la aparición estelar de Sola, esta descubrió a un perrazo enorme entre el público y dando vivas a España y Santiago, se bajó la celada y arremetió contra él entre gran algarabía de gruñidos y ladridos.
Menos mal, que el perrazo debía haber desayunado bien, porque lejos de tragarsela de un bocado, la ignoró como me llevan ignorando a mi toda la vida las modelos de pasarela y las bailarinas de la tele.
En fin...con la edad, se le va agriando el carácter.
Después de actuar, sacamos nuestro vinito y nuestras tortillas, cecina, lengua, pimientos fritos y queso y nos dimos un buen homenaje a la sombra de los chopos.
Una siestecita para recobrar fuerzas y rumbo a San Miguel del Arroyo, a por nuestra función número 48 de este segundo verano de Títeres en ruta.
Mañana se lo cuento.

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