Bien es cierto que antes de actuar, la gente de “Soldegato” nos preparó una deliciosa barbacoa en Villavaquerín y, a base de palometa, pollo y verduritas, preparamos mente y espíritu para saltar de la caravana con la mejor forma posible.
En Castronuevo estaban en fiestas y preparamos nuestro show ante la atenta mirada de decenas de chavales que esperaban con curiosidad el momento en el que ese grupo de tipos raros con faldas (que somos nosotros) comenzaran la actuación.
A las ocho y media de la tarde y amenazando tormenta, dimos rienda suelta a esa locura de títeres, instrumentos musicales y perros salchicha que es nuestro espectáculo.
Una vez más, Sola, fue la más aplaudida.
Al terminar, un tinto de verano tamaño “King-size”, por aquello de hidratarnos y ya fresquitos y relajados pusimos rumbo a Toro, Zamora, donde hemos hecho escala en la finca de mi familia, para descansar bien antes de actuar en Manganeses de la Polvorosa, localidad zamorana mundialmente conocida por una antigua tradición que aunaba el pastoreo y la caída libre.
Ya les contaré.
Abrazos y besos.
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