Piscinita, siesta reponedora a la sombra de los castaños y un menu exquisito a base de productos del huerto y alimentos con perdón "jodidamente ecológicos", como dijo Nieves, una de nuestras más queridas seguidoras.
Actuamos de noche una vez más, para la familia y los amigos que hasta allí se desplazaron y aunque al bueno de Cesar se le descolocaron las cervicales y nos dió un pequeño susto, todo salió estupendamente.
Al termino de la función, mi primo Jose Andrés, que tiene un mano fuera de lo normal en la cocina, nos deleito con una barabacoa de nivel, prepararndo churrasco y unos pinchos a la brasa, del tamaño de la espada del Cid.
Así ya se puede.
Un poquito de fiesta, porque despues de la noche de Curiel, ya estábamos algo tocados y nos retiramos pronto.
A la mañana siguiente aprovechamos para lavar la ropa y relajarnos en la piscina, desyunar tranquilamente y a mediodia, pusimos rumbo a Morales del vino.
Pero eso...es otra historia.
Besos y abrazos a la familia, que es lo más importante en esta vida, junto con los buenos amigos.
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