"¡Pues ahí nos veréis!, con una caravana roja y un coche lleno de lunares, viajando de pueblo en pueblo, por Castilla y León, llevando títeres, instrumentos musicales y mucha, mucha ilusión a precio de risa para que el teatro llegue allá donde nos llamen. En esta edición superaremos un nuevo reto: conseguir un montón de títeres que ayudarán a sonreir a unas cuantas niñas de Nicaragua..."

domingo, 31 de julio de 2011

Morales del vino (Zamora) 31 de julio 2011

Como ya sabrán muchos de ustedes, en Morales tienen su residencia mis señores suegros, los padres de "TititriLaura".
Dulce y Toño, son dos personas muy especiales, cada uno a su manera, y desde el primer día se han volcado con la aventura de Títeres en ruta.
Cada vez que la caravana se planta frente a su jardín, es como acudir a un mercado.
Nos llenan los arcones con hortalizas, frutas, vino, licores caseros, mermeladas y conservas preparadas a la vieja usanza por Dulce, repuestos y herramientas de Toño, y mucho, mucho cariño.
Los que no conozcan en persona a Laura, deben saber que es un ser especial, como un duendecito del bosque o algo así, con magia en las manos y el corazón tan grande que es inevitable enamorarse de ella.
Supongo que muchas de las cualidades de Laura las heredado de sus padres y ciertamente son una gente fuera de lo común.
Actuamos frente a la puerta misma de casa, para todos aquellos que quisieron acercarse.
La función algo atípica.
Me explico: los voluntarios se nos rajaban en una suerte de histeria colectiva, entre lágrimas y "mamás".
Quizás debiera haberme duchado antes de actuar, no se.
Al margen de las deserciones de los pequeños y tímidos vecinos de Morales, el público se rió de lo lindo y nosotros lo pasmos genial haciendo lo que más nos gusta hacer: "el canelo".
Descansamos y nos relajamos lo que pudimos, pusimos a punto la caravana, limpiamos el coche y tras una opípara comida, dimos besos y abrazos y pusimos rumbo a Manganeses de la Polvorosa.

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