Bueno...¿por donde empiezo?: Lo de Arconada fue sublime.
Cuando pensábamos que lo habíamos visto todo, llegamos a un pueblecito de Palencia llamado Arconada y nos encontramos con una gente maravillosa.
Nos hicieron un recibimiento espectacular, con pancartas y aplausos, tan cariñoso que por unos momentos parecíamos astronautas recién llegados a la tierra desfilando por Nuevayork.
No podéis ni imaginar el ataque de risa que nos dio cuando nos encontramos con aquello, que vergüenza, Laura y Cesar, que son más tímidos, se quedaron flipando y yo, que suelo no acostumbro a tener ataques de timidez, me puse rojo como un tomate.
Cuando pensábamos que lo habíamos visto todo, llegamos a un pueblecito de Palencia llamado Arconada y nos encontramos con una gente maravillosa.
Nos hicieron un recibimiento espectacular, con pancartas y aplausos, tan cariñoso que por unos momentos parecíamos astronautas recién llegados a la tierra desfilando por Nuevayork.
No podéis ni imaginar el ataque de risa que nos dio cuando nos encontramos con aquello, que vergüenza, Laura y Cesar, que son más tímidos, se quedaron flipando y yo, que suelo no acostumbro a tener ataques de timidez, me puse rojo como un tomate.
Aquel día, además, nos acompañaba un equipo de Televisión Castilla y león formado por nuestro querido amigo Juanma Garcia Ayuso y su cámara Antonio (dos metros de humanidad y simpatía) que alucinaron en colores cuando vieron semejante acojida.
Nuestro contacto en el pueblo, Encarna, nos preparó una visita guiada por Arconada y, la verdad, deéjense caer por allí porque, aparte de lo hospitalario de sus gentes, este pueblo tiene algunas cosas muy interesantes: un pilón a nivel, construido por los romanos y muy bien conservado, unos lavaderos de los de antaño, donde acudían las mozas cuando no existían las lavadoras en las casas, que son realmente curiosos, una escuela restaurada, equipada tal y como debía haber sido en los años cuarenta (foto del caudillo incluida) con los pupitres originales y el material escolar de la época. Visitamos también una exposición de fotos antiguas, recopiladas por los vecinos y que se remontaban a los años treinta, muy interesantes, ya que daban testimonio de la forma de vida de las gentes del pueblo por aquellos años, de sus fiestas, del trabajo...
Nos gusto mucho lo que nos enseñaron y sobre todo cómo lo hicieron, ya que fue un paseo muy ameno y todos los vecinos nos iban explicando cosas y contando anécdotas. Muy guay.
La función fue un éxito absoluto, ya que con gente así, da gusto salir a escena. Cierto es que había una predisposición en el ambiente a pasarlo bien y eso se nota. En medio de la actuación, Sola, nuestra perrita-vedete, organizó un número erótico-festivo con un vecino del pueblo, creemos que homenajeando a nuestro querido "Títirichuchi" a quien tenemos que darle el bromuro por arrobas.
Después de desmontar, nos invitaron a cenar un montón de cosas riquísimas (impresionante la empanada de morcilla) y nos hicieron obsequio de una reproducción del pilón romano y de un jabón artesanal elaborado por los vecinos del pueblo (esta gente no para de hacer cosas). Ah, no me podía olvidar de la exposición de animales y Pokemon de plastilina que organizarón los peques del pueblo y que hizo las delicias de Laura, quien estuvo casi una hora curioseando entre las figuritas (muy logradas, por cierto) y no paró hasta que los niños le regalaron alguna.
Después de la cena, baile con los paisanos y copitas. Destacar la simpatía de los vecinos y el momento "Dylaila" con el que nos obsequiaron un trío calavera de aupa, a quienes mandamos un abrazo enorme (Jesús y Mirín, para la próxima afinad).
Yo me lo bailé todo y me lo pasé teta con el sector juvenil (David, Sonia, Sara...) y a eso de las cinco de la mañana nos fuimos a dormir a la caravana, que previamente habiamos instalado junto a la casa de un matrimonio de Bilbaínos muy simpáticos (un abrazo, Ortega y señora) quienes además de permitirnos usar su electricidad y su cuarto de baño, a la mañana siguiente nos dieron de desayunar y, fijaros si es amable esta gente, que en mitad del desayuno, se presentaron Mirín y Encarna con café, tostadas y mermelada artesanal, así que nada, volvimos a desayunar todos.
Un pueblo genial y una gente encantadora, a quienes enviamos un besazo enorme y nuestro más sincero agradecimiento.
Nuestro contacto en el pueblo, Encarna, nos preparó una visita guiada por Arconada y, la verdad, deéjense caer por allí porque, aparte de lo hospitalario de sus gentes, este pueblo tiene algunas cosas muy interesantes: un pilón a nivel, construido por los romanos y muy bien conservado, unos lavaderos de los de antaño, donde acudían las mozas cuando no existían las lavadoras en las casas, que son realmente curiosos, una escuela restaurada, equipada tal y como debía haber sido en los años cuarenta (foto del caudillo incluida) con los pupitres originales y el material escolar de la época. Visitamos también una exposición de fotos antiguas, recopiladas por los vecinos y que se remontaban a los años treinta, muy interesantes, ya que daban testimonio de la forma de vida de las gentes del pueblo por aquellos años, de sus fiestas, del trabajo...
Nos gusto mucho lo que nos enseñaron y sobre todo cómo lo hicieron, ya que fue un paseo muy ameno y todos los vecinos nos iban explicando cosas y contando anécdotas. Muy guay.
La función fue un éxito absoluto, ya que con gente así, da gusto salir a escena. Cierto es que había una predisposición en el ambiente a pasarlo bien y eso se nota. En medio de la actuación, Sola, nuestra perrita-vedete, organizó un número erótico-festivo con un vecino del pueblo, creemos que homenajeando a nuestro querido "Títirichuchi" a quien tenemos que darle el bromuro por arrobas.
Después de desmontar, nos invitaron a cenar un montón de cosas riquísimas (impresionante la empanada de morcilla) y nos hicieron obsequio de una reproducción del pilón romano y de un jabón artesanal elaborado por los vecinos del pueblo (esta gente no para de hacer cosas). Ah, no me podía olvidar de la exposición de animales y Pokemon de plastilina que organizarón los peques del pueblo y que hizo las delicias de Laura, quien estuvo casi una hora curioseando entre las figuritas (muy logradas, por cierto) y no paró hasta que los niños le regalaron alguna.
Después de la cena, baile con los paisanos y copitas. Destacar la simpatía de los vecinos y el momento "Dylaila" con el que nos obsequiaron un trío calavera de aupa, a quienes mandamos un abrazo enorme (Jesús y Mirín, para la próxima afinad).
Yo me lo bailé todo y me lo pasé teta con el sector juvenil (David, Sonia, Sara...) y a eso de las cinco de la mañana nos fuimos a dormir a la caravana, que previamente habiamos instalado junto a la casa de un matrimonio de Bilbaínos muy simpáticos (un abrazo, Ortega y señora) quienes además de permitirnos usar su electricidad y su cuarto de baño, a la mañana siguiente nos dieron de desayunar y, fijaros si es amable esta gente, que en mitad del desayuno, se presentaron Mirín y Encarna con café, tostadas y mermelada artesanal, así que nada, volvimos a desayunar todos.
Un pueblo genial y una gente encantadora, a quienes enviamos un besazo enorme y nuestro más sincero agradecimiento.
Hola Popopopos:
ResponderEliminarLa gente de Arconada también lo pasamos muy bien con vosotros, tanto niños como mayores.
Por cierto, el descosido de Laura también lo "disfrutamos" nosotros (jajaja...)
Y yo que creía que formaba parte del guión...
Nada más, muchas gracias por las amables palabras que nos habéis dedicado, tanto en la radio como en este blog.
Un abrazo.
Enrique.
Vaya vaya...asi que mi señora esposa se ha recorrido Castilla y León luciendo nalga sin que nadie nos avisara.
ResponderEliminarPues vaya, en algunas culturas esto es causa de anulación eclesiástica.
Un abrazo para todos.