"¡Pues ahí nos veréis!, con una caravana roja y un coche lleno de lunares, viajando de pueblo en pueblo, por Castilla y León, llevando títeres, instrumentos musicales y mucha, mucha ilusión a precio de risa para que el teatro llegue allá donde nos llamen. En esta edición superaremos un nuevo reto: conseguir un montón de títeres que ayudarán a sonreir a unas cuantas niñas de Nicaragua..."

martes, 17 de agosto de 2010

Muro, Soria (15 de Agosto)

Muro
Claro, ahora después de lo de Espejo cualquier cosa que pueda decir de otros pueblos va a parecer poco...y me sabe mal.
A Muro acudimos a actuar gracias a la mediación de su agente de desarrollo local, Inma, una chica simpática y amable, implicada hasta las cejas con su pueblo y que está realizando, en Muro, un excelente trabajo.

Muro, antiguo asentamiento romano, organiza durante el año un gran número de actividades relacionadas con nuestros antiguos colonizadores y queremos destacar desde aquí, una actividad muy especial, que consiste en realizar el recorrido entre Muro y Soria (treinta y seis millas romanas, creo...unos cincuenta kilómetros) a pie.
Durante los dos días de la marcha la organización ofrece a los andarines una experiencia única, ya que se teatraliza el recorrido y allá que van, junto a los participantes, legionarios, romanos y ciudadanos de la antigua Roma, que realizan pequeñas escenas recreando la época. Una iniciativa que, en esta última edición, creo que ha reunido a más de quinientos participantes.
Sí señor, hace falta gente como Inma, para que se impliquen y desarrollen actividades de este tipo.
La actuación en Muro fue bastante bien, aunque tenemos que echar la bronca a un par de niñas...bueno no, a sus padres, que permiten que las peques hagan lo que les venga en gana, y a punto estuvieron de arruinar el show con sus patochadas, impidiendo además que el resto de pequeñines, correctamente educados, disfrutaran del mismo. Tenemos que ser conscientes de que, si consentimos a nuestros pequeños cualquier cosa, no les hacemos un favor, sino que los estamos limitando para un futuro en el que la sociedad les va a poner normas y les va a exigir una conducta cuando menos cívica.
Menos mal que “la ratita” de la obra (uno de los títeres más queridos por los peques y manejado hábilmente por titirilaura) fue capaz de hacerse cargo de la situación y de esta forma conseguimos terminar la función para disfrute y solaz regocijo del resto del público, que se comporto correctamente y a quienes desde aquí mandamos un fuerte y cariñoso abrazo.
Si tienen ustedes ocasión y les interesa la historia de España, no dejen de pasar por esta población Soriana, les va a encantar.

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