Visitando Atapuerca, me he dado cuenta de que sigo siendo un tipo absolutamente primitivo. Quizás el entorno ayudó bastante para sacar el “homo neardentalensis” que llevo dentro y ciertamente es maravilloso prescindir de los adelantos tecnológicos actuales, pintar paredes con las manos, hacer fuego con Yesca y diseñar gayumbos de hoja trenzada. Sí señor.

Actuamos en la plaza mayor, ante un público muy numeroso y a mi juicio disfrutaron tanto pequeños (había un montonazo de niños) como adultos. Nuestros amigos Tomás y Aranxa de Imaginarcos se acercaron a vernos. El día anterior nos acogieron hospitalariamente, en su hogar, en Arcos de la Llana y nos trataron de maravilla, haciéndonos sentir como en casa. Un abrazo enorme, amigos. También otro para Petra. Nos debéis una visita.



No hay comentarios:
Publicar un comentario