Entre estos dos pueblos hay una cordial rivalidad que nos hace mucha gracia y de la cual vamos a mantenernos al margen, porque todos nos caen igual de bien.
Poquitos, son muy poquitos vecinos en Villalán y la verdad es que actuamos en amor y compañía para una veintena de personas, contando en esta ocasión con Ignacio, el alcalde, como flamante operador de cámara.
La función muy divertida y, al finalizar la misma, la gente del pueblo nos sorpendió con un buen puñado de tíeteres que habían confeccionado previamente, para que fueran enviados a Nicaragua y, de esta forma, colaborar con nuestro proyecto de recogida.
Al terminar de cenar, "Candi" sacó su colección de vinilos de los sesenta y setenta, donde encontramos auténticas joyitas y ¡ala!...unas copazas ricas, ricas, servidas por el inconbustible "Floren".
Son lo mejor de esta aventura, esos ratitos de después, donde charlas con gente maja y haces amigos tan interesantes como "Satur", por poner un ejemplo.
Cantamos, bailaron, nos reímos y pasamos unas cuantas horas de lo más divertidas.
Hemos de decir, además, que los pocos vecinos del pueblo se están currando un teatro bien majo, con su camerino y todo.
Si esto no es apostar por la cultura, que venga Dios y lo vea.
Para rematar, Ignacio, el señor alcalde, nos propuso ser los pregoneros de sus fiestas, el próximo noviembre.
Si es que...como mola esta experiencia.
Un abrazo para todos los que seguís este blog, que ya sois cerca de siete mil.
Espero no aburriros con mis crónicas y espero también, que disculpéis mi torpe redacción, ya que las tengo que escribir a "matacaballo" y no puedo dedicarles el tiempo que me gustaría.
Lo dicho...abrazos para todos.
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